Ángel Gabilondo termina la entrevista, en la que ha mezclado (con una naturalidad que imagino exclusiva de la edad) la aguja y el algodón, y da la mano hasta al apuntador, que supongo soy yo. Se marcha diciendo una cosa con la que se congracian en público casi todos pero que en él suena como una duda imposible de fingir: «Espero haber dicho algo interesante». Bueno: nos ha tenido media hora sintiéndonos mejor.
Me imagino totalmente. Hay personas que tienen la virtud de dejarte mejor. Yo también sentí lo mismo desde este lado. Abrazos y gracias, Zúmer.
Con Gabilondo uno siempre se siente bien. No se que pinta en política…