«Como ocurre con el Stelvio, del cual no tardaremos en hablar, la historia del Gavia está unida a la adversidad y a los quebraderos de cabeza. Aunque a veces se olvide, mayo aún puede ser un mes de intensas nieves, y el Giro, al aventurarse hasta ciertas cumbres (de más de 2500 metros de altura), ha tenido que modificar e incluso cancelar algunas etapas en función de la meteorología. «Nos dejábamos la piel durante nueve meses para diseñar una carrera bonita y luego veíamos nuestro trabajo echado a perder por los caprichos del clima», decía amargamente Carmine Castellano, implicado en la organización del Giro desde los años ochenta y su director entre 1993 y 2004. Muchas ediciones rechazarían de entrada a los míticos Gavia y Stelvio por estos problemas. «Ya estaba cansado de la preocupación y las noches de insomnio que me provocaban»».
En Jot Down Magazine, Cartografía ciclista del país de los cinco mares.
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