«Allá donde Frank Underwood alcance a llegar en política, tras el asiento en el que logre sentarse, estará Claire como una perfecta consorte. Ladina pero completamente servicial a la empresa común, donde no interfieren los sentimientos particulares, y cuando lo hacen se reprimen hasta la privación. Ella brinda su afilada inteligencia, su sentido político y diplomático (casi más agudo y despiadado que el de su marido, a quien a veces coge de las solapas y manda a dormir al sofá hasta que no ataje los problemas), Underwood explota el encanto de Claire. Su indudable pegada. La perfecta señora americana y el perfecto celofán de un matrimonio de lobby»
En Jot Down, «House of Cards: historia de un matrimonio»
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